El 27 de abril, el Consejo Machiguenga del río Urubamba (COMARU) exigió la declaración de emergencia sanitaria en la Reserva Territorial Kugapakori, Nahu, Nanti y otros (RTKNN), durante la asamblea por su XVI aniversario. Días antes se reportaron 4 niños fallecidos por infecciones respiratorias en el asentamiento Montetoni, en situación de contacto inicial, que se encuentra al interior de la RTKNN; y que es representado por COMARU. 

La RTKNN, ubicada en la cuenca del Urubamba en la Amazonía cusqueña, posee índices de desnutrición crónica infantil de más del 70%, sin embargo, ni la RTKNN ni la propia cuenca del Urubamba nunca han sido declaradas en emergencia sanitaria. Por qué tanta desidia con una población que habita un territorio que otorgó 1176.85 millones de nuevos soles por canon, en el tercer trimestre de 2014, que sostiene la matriz energética nacional con el gas de Camisea, y que además posee uno de los ecosistemas más diversos con 5 áreas naturales protegidas.

Este es un territorio complejo, donde parte de una reserva intangible fue entregada para exploración de hidrocarburos y programas de oferta laboral por esta actividad ya han empleado a 30 nativos machiguengas-nantis en situación de contacto inicial. Donde muy a nuestro pesar, el proceso de actualización e implementación del Plan de Protección para la RTKNN no ha culminado; y el ASIS Nanti 2014 aún no es aprobado. Este proceso de contacto acelerado que la población de la reserva está enfrentando los últimos 10 años, es un proceso que sus hermanos machiguengas del Urubamba atravesaron durante 60 años, y que aún sigue cobrándose vidas.

La institucionalidad en derechos de pueblos indígenas está debilitada y con poca capacidad operativa. Sin embargo, el proceso histórico al que nos enfrentamos es trascendental, la RTKNN y antes los Mashco Piro del alto Urubamba, lo alertan a gritos. Asumir un debate serio sobre el futuro de los pueblos aislados en el Perú y las políticas necesarias para enfrentar procesos crecientes de contacto y de trasformación cultural es vital.

Mientras, con ingentes porciones de canon en las arcas del Estado resulta inaudito que esta situación de salud continúe.