El principal aliado estratégico del Estado para la gestión de las ACR son las comunidades asentadas en las zonas aledañas a ellas. El trabajo coordinado de ambos se traduce en acciones de fortalecimiento para el manejo de recursos naturales claves y la vigilancia comunal para hacer frente a la extracción ilegal de recursos (infractores) al interior de las ACR y en los territorios comunales, modelo llamado cogestión. Este mecanismo es contemplado por el GORE Loreto en su “Estrategia para la Gestión de Áreas de Conservación Regional de Loreto” (OR N° 008-2014-GRL-CR). 

Estamos convencidos de que las ACR son generadoras de oportunidades de desarrollo sostenible para las comunidades amazónicas, y su participación e involucramiento es fundamental para ello. Es por eso que el Gobierno Regional debe continuar con el apoyo y el reconocimiento de las iniciativas de las comunidades y sus organizaciones generadas en el ámbito de las zonas aledañas a las tres ACR que tiene Loreto.

Uno de los ejemplos de procesos de cogestión en marcha son los Comités de Gestión de las ACR, cuya presidencia está en manos de pobladores locales comprometidos. En coordinación con instituciones del Estado, organizaciones no gubernamentales y federaciones indígenas, realizan acciones que van desde asegurar la presencia de docentes en los centros educativos, reconocimiento y titulación comunal, actividades productivas a partir del manejo de recursos del bosque y participar en procesos de presupuestos participativos distritales; hasta organizarse para tomar acciones en pro de la conservación de las ACR y del desarrollo de sus cuencas, comunidades y familias.

Falta mucho por caminar, es cierto, pero debemos involucrarnos e incentivar el trabajo conjunto en iniciativas como esta, que construyen gobernanza para el cuidado de nuestra riqueza natural y promueven la conservación productiva del ambiente, a través de actividades económicas en las comunidades. Los loretanos debemos continuar impulsando este tipo de iniciativas que promueven un desarrollo inclusivo y mejora en la calidad de vida. De esta manera, el pensamiento de que las Áreas Naturales Protegidas son un freno para el desarrollo sostenible será solo un mito desfasado.